07 abril, 2013

El spaghetti western según Tarantino


Vivimos en la época de lo políticamente correcto. En un momento en el cual no se puede hablar de forma clara. Se niegan hechos históricos de los que se avergüenza la sociedad, en vez de aprender de esos errores y mostrar un respeto a las víctimas. Se culpa a la televisión, al cine y a los videojuegos por la conducta violenta de las personas, cuando la verdadera causa es la falta de educación. Es por eso por lo cual pienso que esta película ha traído consigo tanta polémica y ha levantado ampollas tanto en los medios de comunicación como entre determinados intelectuales. Fue sonada la fuerte crítica que ha recibido Tarantino por parte de Spike Lee debido al uso habitual de la palabra “nigger” (en español sería traducido como “negro”) en la película. Muchos de los que critican el uso de la palabra (y no me refiero al señor Spike Lee) después son los que “se miran los bolsillos” o “se cambian de lugar en un autobús” cuando tienen contacto con un inmigrantes. Vivimos en un mundo lleno de “demagogos”, en una realidad en la que se presta más atención a las “palabras” o a las “apariencias” que a los hechos. Pero bueno, dejo estos temas a los periódicos o a los libros de sociología y psicología, ya que aquí lo que nos interesa es el cine.




La historia tiene lugar en Texas, dos años antes de que estalle la guerra civil. Django es un esclavo negro que es liberado por el doctor King Schultz, un dentista alemán cazarrecompensas que le propone un trato: Atrapar a unos asesinos a cambio de ir a buscar a su esposa a la plantación del terrateniente Calvin Candie.

En cuanto a las actuaciones, sin lugar a dudas tengo que destacar a dos: Christoph Waltz y Leonardo Dicaprio.

Christoph Waltz, el ganador del Oscar a mejor actor secundario en 2009 por su interpretación como Hans Landa en la anterior película de Tarantino, en esta ocasión da vida al doctor King Schultz, un cazarrecompensas que ayuda a Django a ser libre y a recuperar a su mujer. Tarantino ha tenido buen ojo al descubrir a este actor austriaco, cuyas interpretaciones me dejan sin palabras. Lo único que lamento es que no lo haya descubierto antes. Consigue que nos haga reír un personaje que en la vida real detestaríamos, como el coronel Hans Landa. Hasta hace que un personaje como un cazarrecompensas sea un héroe. Interpreta con todo su lenguaje corporal, con cambios de voz (por eso es recomendable ver estas películas en versión original), y hasta nos hace creer que la interpretación es fácil. El Oscar que ha ganado este año es totalmente merecido.

Por otro lado, el que también nos sorprende es Leonardo DiCaprio. Normalmente lo vemos interpretar a héroes y personajes ejemplares. En esta película hace un cambio (y menudo cambio) e interpreta al peor de los villanos. Algunas escenas hacen que se nos pongan los pelos de punta (la escena del martillo y la calavera, sin ir más lejos). Hasta provoca que lo odiemos. Los fragmentos de la película junto a Christoph Waltz y Samuel L. Jackson son increíbles y de un cine de alta calidad. 

Samuel L. Jackson hace también increíble como Stephen, el esclavo leal de Calvin Candie. En cuanto al resto de actores, creo que quedan un poco a la sombra de Leonardo y Christoph, pero eso no quiere decir que no nos hayan dejado escenas para el recuerdo.


En cuanto al estilo de la película, encontramos detalles comunes a todas las películas de Tarantino como por ejemplo el uso de diferentes tipos de violencia o las conversaciones de larga duración. Si bien Tarantino en Kill Bill hacía un homenaje a las películas asiáticas, aquí le toca el turno del Spaghetti Western. Es increíble cómo puede hacer películas de diferentes estilos y adaptarlas después a su manera. Un claro ejemplo son los créditos de entrada, homenajeando los de la película de 1966.

Pasando los temas que trata la película, aparece uno común en otras obras de este director, la venganza. En Kill Bill le da la oportunidad de vengarse a una asesina, en Malditos Bastardos a los judíos, y en ésta les toca el turno a los esclavos negros. La otra temática es la esclavitud en Estados Unidos. Nos muestra una realidad cruda y cruel, sin anestesia ni escenas edulcoradas. 

Otro aspecto importante de la película es el uso de la música, de forma muy acertada. Esa música acondiciona las escenas y nos transporta al lejano Oeste, a los westerns que echaban todas las tardes en la televisión de Galicia.

Con un guión más que original, Tarantino me vuelve a convencer. Si no te gusta este estilo de películas, a lo mejor la aborrecerás o te parecerá demasiado atrevida. Si tienes ganas de ver algo diferente, te la recomiendo totalmente.




Puntuación: 9/10

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