Definitivamente hoy firmo mi renuncia. Creo que mi aventura
en el mundillo erótico llega a su fin. He terminado la tercera de las “grandes
sagas eróticas” de estos años y ya estoy completamente saturada. La saga Pídeme
lo que quieras de Megan Maxwell, me la recomendó una amiga y, para ser
sinceros, que la acción se situase en España y con una protagonista jerezana,
hizo que le diese una oportunidad, de la cual, por cierto, tampoco me
arrepiento. Y ahora diréis, tú eres un poquito bipolar ¿no? Abandonas la
literatura erótica pero dices que la saga te ha gustado. La explicación es bien
sencilla. No me aporta nada nuevo.
En esta ocasión, el hilo argumental es el periplo amoroso
entre Judit Flores, una impulsiva española, y Eric Zimmerman, un alemán
excesivamente serio y que para más inri, es su jefe, el cual le descubre un
mundo de depravación y sexo a la joven. Vemos aquí la base de otras sagas.
Chica joven y soñadora se enamora de un hombre con aura de peligro, y que se
muestra distante. ¡Viva la originalidad!
A todo esto, sumémosle los personajes, que aunque sí que
tienen matices diferentes, siguen siendo una variante del topicazo del género. Eric,
un triunfador que planifica todo al milímetro y apenas muestra emoción. Que
también tiene traumas (uno bastante común, por cierto) pero que además tiene preocupaciones
relacionadas con su futuro (no sigo, que es spoiler). Judit, quizás es la que
más diverge del tópico; es un terremoto, caprichosa y orgullosa, con ideas
claramente definidas, y cabezona como buena española que es. He de admitir que esto
me ha gustado. Aunque la chica bebe los vientos por su hombretón, le da dolores
de cabeza (muchos) y no cambia radicalmente tras haberlo conocido. Tras estos,
encontramos otro montón de personajes bastante importantes, con sus propias
historias y problemas y que tienen peso en la trama, más que en otras novelas,
lo cual ha sido un detalle de agradecer.
Centrémonos ahora en lo importante de este libro, el porno
(o erotismo, como prefiráis). Me ha gustado, es más, me ha encantado. Este
libro es mucho más morboso que sagas como 50 sombras o Crossfire. Pídeme lo que
quieras se distancia de los anteriores en este punto, pues nos introduce en el
mundo de los “juegos”. Al pasar páginas vemos como Judit comienza a pillarle el
gustillo a los juguetes sexuales, al voyeurismo, a los tríos y a las orgías.
Las escenas sexuales son más excitantes y para nada aburridas.
En cuanto al estilo narrativo, es… raro. Al contrario que en otros libros, en los cuales
desde el primer momento podía meterme en la piel de la protagonista, en este me
ha costado bastante. La narración es en primera persona, pero incluye frases
espontáneas, chistes y ralladuras de cabeza de Judit, pequeños detalles que se
salen del esquema y que hace que te rías con ella, lo cual ha sido un buen
detalle. Por ello, en ocasiones, te
sientes más como una amiga a la que Judit cuenta sus escarceos, y no como la
misma Judit.
Así que si, más de lo mismo. Los mismos personajes, en
situaciones similares, y en lugares diferentes, pero lo mismo al fin y al cabo.
Este libro me ha gustado un poquitín más, aunque tampoco es una obra maestra.
Otro libro entretenido, de esos de no pensar y que cumple perfectamente su
función. Representar una fantasía erótica.
Puntuación: 6.5/10
P.D: Otro de los motivos de mi abandono de estas sagas es
que se me hace extremadamente tedioso escribir sus críticas. Tengo la sensación
de que me repito constantemente e incluso, ni las hago por placer, como las
otras, sino casi por obligación, de lo aburridas que me resultan.
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